Tango llegó hace aproximadamente un mes a nuestra casa, tenía apenas cinco semanas de nacido y mi esposo me lo dio como regalo porque siempre me han gustado mucho los perros. Lo pensó mucho antes de llevarme a escogerlo porque tenemos una niña de un año y dos meses que apenas anda caminando, pero finalmente se decidió y me llevó a escogerlo. Cuando lo vi me enamoré de él, era de los más pequeños de la camada y como vivimos en un departamento pensé que era el más adecuado por el espacio.
Los primeros días Tango era muy tranquilo en el día, dormía y dormía, por las noches sí me desvelaba porque lloraba por querer estar abrazado y pues lo abrazaba para dormir y asunto arreglado.
El problema comenzó cuando Tango agarró confianza y creció un poquito más. Mordía todo lo que encontraba, me mordía a mi, mordía a mi esposo y brincaba todo el tiempo encima de mi beba. Además de eso, se hacía del baño por todas partes y no podíamos dejarlo en el patio porque lloraba como loco. No conforme con eso, se alocaba con la comida y a la hora de pasearlo ladraba desde que salíamos de la casa hasta que llegábamos a donde iba a pasear. MI esposo me dijo que si el perro no se aplacaba loíbamos a tener que regalar porque era demasiado trabajo cuidar a la beba y encima tener que limpiar todo lo que Tango hacía.
Así que decidí buscar ayuda y una tía que vive en Guadalajara me recomendó que contactara con Marco para que me ayudara a educar a Tango.
Eso hice, contacté con Marco y vino en mi ayuda. Desde que lo vio supo que iba a ser un poco difícil por el carácter que tiene Tango, sin embargo, con esa sesión que trabajó con mi perro me enseñó cómo evitar que mordiera las cosas, cómo hacer para que el perro no ladrara cuando lo sacara a pasear, a que no brincara sobre las personas y en sí a hacer que Tango mantuviera ocupada su mente para que no anduviera haciendo destrozos. Fue una sesión intensa pues aprendimos muchas cosas tanto Tango como yo pero creo que valió la pena. Han pasado apenas unos diez días desde que Marco vino a rehabilitar a Tango y la verdad es que los cambios son muy notables, Tango ha entendido poco a poco que no debe morder las cosas, ya casi no brinca sobre mi hija, de hecho podemos andar jugando ella y yo y Tango está por un lado de nosotras sin mordernos y sin brincar, ya no ladra cuando lo saco a pasear, cada vez se hace menos dentro de la casa y entiende más las órdenes que le doy.
En fin, no puedo negar que me ha costado trabajo educar a Tango pero ahí la llevo, cada día es más fácil trabajar con él a pesar de que sólo tiene dos meses y medio de edad, he comprobado que no es cierto que los perros deben de tener cierta edad para poder aprender, sí son más inquietos pero eso no les impide que puedan ser educados. También quisiera aconsejarles que si tienen hijos pequeños no lleven cachorros a sus casas, a menos que estén dispuestos a tenerles muchísima paciencia y en verdad tengan mucho amor por los animales, de otra forma será muy difícil combinar las dos cosas, pero bueno nada es imposible si en verdad se trabaja en ello. Gracias Marco por habernos ayudado a mi familia y a mi a que la convivencia con Tango sea más fácil y más agradable!!!
Familia Castillo
VIDEOS PRONTO AQUI!!
Los primeros días Tango era muy tranquilo en el día, dormía y dormía, por las noches sí me desvelaba porque lloraba por querer estar abrazado y pues lo abrazaba para dormir y asunto arreglado.
El problema comenzó cuando Tango agarró confianza y creció un poquito más. Mordía todo lo que encontraba, me mordía a mi, mordía a mi esposo y brincaba todo el tiempo encima de mi beba. Además de eso, se hacía del baño por todas partes y no podíamos dejarlo en el patio porque lloraba como loco. No conforme con eso, se alocaba con la comida y a la hora de pasearlo ladraba desde que salíamos de la casa hasta que llegábamos a donde iba a pasear. MI esposo me dijo que si el perro no se aplacaba loíbamos a tener que regalar porque era demasiado trabajo cuidar a la beba y encima tener que limpiar todo lo que Tango hacía.
Así que decidí buscar ayuda y una tía que vive en Guadalajara me recomendó que contactara con Marco para que me ayudara a educar a Tango.
Eso hice, contacté con Marco y vino en mi ayuda. Desde que lo vio supo que iba a ser un poco difícil por el carácter que tiene Tango, sin embargo, con esa sesión que trabajó con mi perro me enseñó cómo evitar que mordiera las cosas, cómo hacer para que el perro no ladrara cuando lo sacara a pasear, a que no brincara sobre las personas y en sí a hacer que Tango mantuviera ocupada su mente para que no anduviera haciendo destrozos. Fue una sesión intensa pues aprendimos muchas cosas tanto Tango como yo pero creo que valió la pena. Han pasado apenas unos diez días desde que Marco vino a rehabilitar a Tango y la verdad es que los cambios son muy notables, Tango ha entendido poco a poco que no debe morder las cosas, ya casi no brinca sobre mi hija, de hecho podemos andar jugando ella y yo y Tango está por un lado de nosotras sin mordernos y sin brincar, ya no ladra cuando lo saco a pasear, cada vez se hace menos dentro de la casa y entiende más las órdenes que le doy.
En fin, no puedo negar que me ha costado trabajo educar a Tango pero ahí la llevo, cada día es más fácil trabajar con él a pesar de que sólo tiene dos meses y medio de edad, he comprobado que no es cierto que los perros deben de tener cierta edad para poder aprender, sí son más inquietos pero eso no les impide que puedan ser educados. También quisiera aconsejarles que si tienen hijos pequeños no lleven cachorros a sus casas, a menos que estén dispuestos a tenerles muchísima paciencia y en verdad tengan mucho amor por los animales, de otra forma será muy difícil combinar las dos cosas, pero bueno nada es imposible si en verdad se trabaja en ello. Gracias Marco por habernos ayudado a mi familia y a mi a que la convivencia con Tango sea más fácil y más agradable!!!
Familia Castillo
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